miércoles, 19 de abril de 2023

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Tras doscientas y pico entradas y más de cuatro meses sin publicar nada creí llegado el momento de plantearme en serio aprender a escribir. Por ello acepté una amable invitación para inscribirme en un taller de aprendizaje de escritura. Y allí que me fui, con mi libreta nueva, mi lápiz, mi goma de borrar (seguro que tendré mucho que borrar) y sobre todo con una gran ilusión.

La profesora, entrañable, muy empática y con una gran cultura literaria (aunque la expresa con infinita modestia) nos dio las primeras instrucciones, entre las que me quedé con que debíamos perder la vergüenza, desinhibirnos y jugar con todos los componentes de la escritura. Para ello, y como primer ejercicio, nos pidió que hiciéramos un alfabeto personalizado, considerando palabras que comiencen con cada una de sus letras componentes y que tengan un especial significado para nosotros, señalando dicho significado.

Para cumplir con la primera de sus instrucciones, la de perder la vergüenza (si es que no la tenía perdida ya) me propongo volcar en esta nube mis ejercicios, con el ruego a los posibles lectores de benevolencia y de cumplir con la obra de caridad de enseñar al que no sabe.

Una salvedad a este primer ejercicio. Dada mi habitual desidia y desorden he realizado solamente tres de las solicitadas letras, y no manteniendo el orden establecido por las autoridades lingüísticas.

Pero basta ya de prolegómenos, y volquemos el citado ejercicio. Este es:

Alfabeto personal.

Amistad

En ocasiones comenzar con un topicazo puede ser un buen argumento para anular la vergüenza de expresarse en público. En este caso, por ejemplo: quien tiene un amigo, tiene un tesoro.

Aunque esto no por topicazo es menos cierto. Quienes hemos tenido la fortuna de experimentarlo, bien lo sabemos.

Pero, cuidado, es menester definir lo que entendemos por amistad.

La amistad está forjada en la generosidad, la fraternidad y la gratuidad, por lo que es algo que conforma uno de los ejes fundamentales de nuestra vida dándole una dimensión mejor y más bella.

Pero como todo tesoro es un bien escaso. Así, es obvio que no es amigo cualquier conocido, tampoco es amigo el compañero de tertulia, de barra de bar, de trabajo o actividad.

Amigo es el que está siempre disponible para ti, al que sabes que puedes acudir, aunque haga tiempo que no te habías relacionado con él, y sobre todo al que sabes que le puedes decir, y él a ti, esas verdades que no nos gusta oír. Con el que puedes discutir acaloradamente para instantes después ir a compartir una taza de café.

Por eso los auténticos amigos son tan escasos y valiosos.

Zaparrastroso

Y para continuar con el tópico, de la A la Zeta.

Las palabras destacan por su significado. Pero también pueden hacerlo por su sonoridad, incluso por su musicalidad. Pueden ser notas que sabiamente combinadas en un pentagrama componen la sinfonía de un texto, y que se pueden complementar con el ritmo y hasta con la tonalidad con que son pronunciadas.

Zarrapastroso (o zaparrastroso, que ambas formas admite la RAE), como desaseado, andrajoso, desaliñado y roto, o también dicho de una persona: despreciable, por aquello de las tonalidades puede ser una simple descripción en un relato o un insulto lanzado a modo de pedrada sentimental, con ánimo de zaherir y despreciar.

En todo caso no me negaran que al escuchar la palabreja no les parece estar oyendo parte de una obertura wagneriana, con todos sus metales y percusiones.

Coherencia

Siguiendo el eje de los topicazos, si el sentido común es el menos común de todos los sentidos, la coherencia, en el sentido de actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan, es la más infrecuente y la más difícil de las características personales.

Echemos un vistazo a nuestro alrededor y contemplemos las personas que conocemos en nuestro ámbito privado, o las que en el ámbito público se exponen a la contemplación general. ¿Son muchas las que en los momentos difíciles y trascendentales saben defender o vivir esos principios? ¿Son muchas por las que en ese sentido pondríamos la mano en el fuego?

Y sin embargo es seguro que tenemos la inmensa suerte de conocer alguna, aunque también es seguro que no son tantas como desearíamos.

Esas personas se convierten para nosotros en referentes, en faros cuya luz ilumina el camino de nuestra vida, aunque en ocasiones también pongan de manifiesto nuestras sombras.

Su solidez me recuerda la de las columnas del Partenón, una de las más grandes maravillas creadas por la mano y la mente humanas, y que veinticinco siglos después, sabiendo sobrevivir a calamidades múltiples, da testimonio de esa virtud que los griegos nos enseñaron, la excelencia.

Pues hasta aquí el primero de los ejercicios. Espero continuar con los venideros, que prometo contarles, y también espero seguir divirtiéndome tanto como hasta ahora.

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