viernes, 11 de febrero de 2011

ÁNIMO A LOS EMPRENDEDORES

Me impactó la personalidad tan positiva del personaje de esta entrevista, que fué publicada en el diario El Comercio del día 11 de febrero de 2011, y para compartirla con quien le interese:

«Si no hay una necesidad que resolver, el negocio fracasará»


Ricardo Fisas Fundador de la empresa de cosméticos Natura Bissé.Tras vivir en una posición muy desahogada como ejecutivo de empresas, el catalán Ricardo Fisas se quedó sin empleo el día de su 50 cumpleaños, en 1979. «Era un momento dificilísimo, como el de ahora, y no encontraba trabajo. Tuve que vender mis coches, acudir cada mes a cobrar a la ventanilla del paro...», recuerda ahora el fundador de la prestigiosa firma de cosméticos Natura Bissé. Ayer contó en la Cámara de Comercio de Oviedo cómo, tras «decidir que no volvería a trabajar para terceros», logró montar y sacar adelante la empresa familiar. Cuatro hijos y dos yernos llevan ahora las riendas del negocio.


-Se convirtió en emprendedor a la fuerza.


-Había estado trabajando en una empresa de hidrolizados de proteína y me di cuenta de que las manos de los obreros estaban muy finas. Un dermatólogo hizo unos estudios con esos aminoácidos y vimos que se podían aplicar a la cosmética. Me rodeé de un buen equipo de químicos, dermatólogos,... y mi esposa hizo la parte de dirección comercial de España.


-Comenzaron de forma humilde.


-Las oficinas eran en unos pisos vacíos de unas casas que tenía mi madre donde quedaban dos inquilinos. Cuando se murieran, iban a derribar el edificio y construir uno nuevo. Como no marchaban, pudimos entrar. Teníamos un teléfono de color negro colgado en la entrada, le pusimos un alargador y lo llevábamos de un despacho a otro para que diera la sensación de que todos teníamos uno. Los bancos no nos daban créditos, los proveedores pensaban que duraríamos cuatro días...


-Pero les fue bien.


-No teníamos dinero para una gran campaña, así que cuando empezamos en España nuestro mercado eran las esteticistas. Cada una era una vendedora y llegamos a tener más de 5.000. Se me ocurrió ir a América a replicar lo mismo y tuve el fracaso más grande de mi vida. Hace 25 años no había salones de estética. Perdimos casi un millón de dólares y decidimos no volver nunca más a Estados Unidos.


-Pero volvieron.


-El poco producto que habíamos vendido hizo su trabajo y nos llamaban y mandaban cartas para que volviéramos. Hicimos un correcto estudio de mercado y vimos que había que vender en grandes tiendas de lujo. Empezamos con la cadena Neiman Marcus. Nos dieron tres meses de prueba en una tienda y el éxito fue tal que nos hicieron entrar en todas sus tiendas; hasta en la que tiene en la Quinta Avenida, una de las más exclusivas.


-¿También tienen la fórmula secreta, como en los refrescos?


-Nuestro 'leitmotiv' es que no hay límite en el costo del producto y se busca que sea lo mejor posible. A veces nos dicen que son caros, pero yo digo que son baratos porque funcionan.


-Ahora no es fácil montar un negocio de la nada, con los 1.057 euros máximos de paro al mes.


-Yo tuve la suerte de que fundamos la empresa con parte de la indemnización. Pusimos el 52% de la compañía y el resto lo pusieron el resto de personas que trabajan, como en una cooperativa.


-¿No tenía miedo de que saliese mal?


-Dijimos que si al año salía mal, vendíamos el stock y cerrábamos. Ahora fabricamos el mejor cosmético del mundo y una de las cuatro grandes multinacionales quiso comprarnos.


-¿Resulta más difícil sacar adelante una empresa familiar?


-En casa sólo se habla de la empresa si es por accidente. Haber trabajado juntos nos ha ayudado a ser mejores y mantener la familia unida.


-Lo de jubilarse con 65 años no va con usted.


-Me jubilé a los 78, hace cuatro años. Me costó, pero fui a una conferencia del gurú John Davis en Madrid y dijo que conocía empresas en Estados Unidos donde los hijos estaban deseando que se muriera el padre para entrar. Yo no quería eso. Aquel día tomé la decisión definitiva y el 100% pasó a mis hijos.


-Si ve viese en la misma situación y tuviera que montar un negocio en estos tiempos, ¿qué haría?


-Hay que buscar una necesidad que resolver. Si no, fracasarás. Hay un ejemplo tonto, pero bueno: donde yo veraneo, en el valle de La Cerdaña, en el Pirineo, hay muchas casas de veraneo y de esquiar. Cuando hace tanto frío, no apetece ir a a buscar el periódico o el pan a las ocho de la mañana. Unos chicos se compraron una furgoneta y van por las casas a repartir los pedidos.


-¿Y qué más hace falta?


-Es necesario que una mente femenina lo supervise. Los chicos son muy emprendedores pero a veces se van por los cerros de Úbeda. También hay que moderar la inversión y no embarcarse en grandes gastos, sino pensar en la rentabilidad de cualquier acción. Y por último, buscar un buen equipo y no desfallecer ante las dificultades.